Esta época
del año es el momento en que se realizan balances. A continuación les
presentamos nuestro balance interno y nuestra opinión sobre algunos aspectos,
transcurrido el primer año de este nuevo período en la FICH, con nuevos consejeros,
decano y vicedecano electos, y demás integrantes del ejecutivo.
En
el primer semestre, la principal actividad del GRD fue la reunión realizada el
20 de marzo, sobre el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT). En dicha
reunión, se analizó y debatió sobre los alcances y estado del CCT, junto con la
Secretaria General de ADUL y con docentes de la FICH, FBCB, FHUC, FCV. En el
blog se difundieron opiniones sobre diferentes temas (investigación, enseñanza,
política, etc.) escritas por diferentes autores y también redactadas por
nuestros docentes. A la fecha aún se sigue reclamando por la homologación y aplicación urgente del CCT; sería bueno
que las autoridades y el Consejo Directivo de nuestra Facultad se sumen al
reclamo para que se logre su puesta en marcha.
En
el segundo semestre, la principal actividad fue el análisis del Régimen de
Enseñanza, que se está reformulando en la Facultad. Se realizó una reunión
el 4 de septiembre, a partir de la cual se propusieron lineamientos de trabajo
y una estrategia participativa para compartir todas las opiniones. En sucesivos
encuentros con los docentes de esta casa, se logró la redacción de una
propuesta de modificación del RE que fue presentada el 27/10 (Expediente Nro.
64.527) para que sea considerada y analizada por la Comisión de Revisión del
Régimen de Enseñanza. En el blog se difundieron notas publicadas por otros
medios, y regímenes de enseñanza de diferentes unidades académicas, para
información de la comunidad.
A
nivel FICH, en el nuevo equipo integrado por el decano, vicedecano, secretarios
y coordinadores, un buen número de miembros proceden del período anterior. Como
rasgo francamente destacable, se aprecia una mayor apertura al diálogo,
a escuchar opiniones divergentes y a desactivar conflictos heredados, que
perjudicaban a la Institución y a varios de sus docentes.
El
Consejo Directivo, con su nueva integración, a nuestro entender, no ha cambiado
aún su actitud pasiva, ni ha adoptado medidas visibles de difusión de sus
acciones y consulta a los representados, como corresponde al accionar
democrático del máximo órgano de gobierno de la Institución.
La
docencia implica desarrollar durante períodos largos de tiempo
actividades en un espacio físico. Las condiciones materiales en las cuales se
desarrolla la tarea docente influyen ineludiblemente en la calidad de la
experiencia educativa, y en el disfrute del trabajo realizado (tanto para
docentes como para estudiantes). Esta cuestión adquiere particular relevancia
en el caso de las materias que se dictan durante los primeros años de las
distintas carreras, en las cuales se superan largamente los 100 alumnos durante
casi todo el cuatrimestre, y en el caso particular de muchas de las asignaturas
del ciclo básico que se desarrollan durante todo el año académico. Estrechamente
vinculado con este tema, figura el desequilibrio en la relación
docentes-alumnos (por exceso o defecto en las diferentes carreras, y distintas
etapas del cursado) y la ausencia de un debate amplio, profundo y
particularizado de esta cuestión, más allá de estándares numéricos que se
plantean.
Nuestra
Facultad ha dejado de ocuparse debidamente del mantenimiento e inversiones para
los espacios destinados a las actividades estrictamente académicas, y no ha
previsto recaudos para garantizar un ambiente apropiado de trabajo. Es decir,
siguen existiendo inconvenientes a nivel de infraestructura (escasa cantidad y
capacidad de las aulas, deficientes condiciones de materiales, de limpieza y
mantenimiento de equipos, escasa incorporación de nuevas tecnologías como
soporte para el desarrollo de las clases, etc.), Se han habilitado nuevas áreas
académicas, sin que esto se haya visto acompañado con la correspondiente
incorporación de equipamientos tecnológicos (computadoras en laboratorios, equipos
de audio, cañones, para proyección, servicio de internet y WiFi), la sala de
profesores se utiliza como aula y no ofrece las prestaciones mínimas que un
docente necesita para hacer su trabajo (computadora, impresora, internet), el
servicio de biblioteca es deficiente (libros desactualizados, poco espacio
físico, horarios restringidos, limitaciones excesivas de uso, etc.).
Los
concursos docentes que se han
convocado no responden a un criterio determinado; tampoco es claro el mecanismo
de incorporación de nuevos docentes a las asignaturas; no se cuenta con un
registro de aspirantes y se han aplicado figuras ad-honorem para desempeñar
tareas docentes, que difícilmente encuadren en alguna reglamentación vigente.
Cargos de profesores que se cubren por contrato y no por concurso perpetúan en
el tiempo situaciones confusas, que poco o nada tienen que ver con la carrera
docente. Las cátedras no siempre cuentan con equipos bien constituidos, ni
prevén instancias de formación de los docentes nuevos en sus capacidades pedagógicas
y manejo de contenidos curriculares. Durante los últimos meses se han asignado
cargos exclusivos sin tener en cuenta a docentes con extensas y reconocidas
trayectorias en la FICH, y que hubieran, más que merecido, ser consideradas en
esas asignaciones.
A
nivel investigación, no existe, o no
se tiene conocimiento público, de un plan de desarrollo institucional que
explicite los lineamientos que la Facultad tiene para la proyección de sus
equipos de investigación de acá a 25 años. Las jornadas de prospectiva en
investigación desarrolladas no han alcanzado a satisfacer estas demandas. Ese
tipo de iniciativa exige una más amplia difusión y la participación de toda la
comunidad académica, especialmente estudiantil. A pesar que existen una buena
cantidad de proyectos de investigación, no se produce una interrelación
adecuada entre ellos (la conformación de los PACT no cumple con esta función).
A
nivel extensión, no se observa un
interés explícito de las estructuras de la Facultad en propiciar líneas y
conformar grupos de trabajo volcados a la extensión a la comunidad. En
consecuencia los docentes no se interesan -excepto aquellos que lo hacen por
una inquietud individual- en apropiarse de estos recursos, muy valiosos si son
volcados a dar cumplimiento a objetivos institucionales. Se entiende qué es
hacer ingeniería para investigación o para transferencia, y en momentos en que
la Universidad desarrolla e impulsa programas específicos, la FICH no parece
apropiarse de estas líneas o ideas para incentivar su desarrollo por parte de
equipos conformados por sus docentes y estudiantes. Los docentes investigadores
parecen ver como más efectivo para su crecimiento personal presentar proyectos
CAID o CAID Orientados que PEC o PEIS, cuyos condiciones muchas veces se desconocen.
Además, en las instancias de evaluación de la actividad de los docentes y su
producción científica, los proyectos de extensión no parecen encontrar
consideración adecuada por parte de los evaluadores, proporcional al menos al
esfuerzo realizado por los equipos que tuvieron a cargo su ejecución. Algo
similar ocurre con aquellos docentes con dedicaciones exclusivas que invierten
todo su tiempo en el dictado de clases, sin que les quede excedente para
plantear y desarrollar actividades de investigación, incluidas
publicaciones, formación de posgrado u otro tipo de instancias (que son las
habitualmente calificadas en las evaluaciones del sistema técnico -
científico).
Las
estrategias que algunos sectores de la Facultad han desarrollado exitosamente
para la ejecución de servicios a
terceros no se han replicado, con las particularidades del caso, para
potenciar las capacidades instaladas en investigación o extensión. Esto podrá
adjudicarse a la poca habilidad para tal propósito de los docentes, pero antes
que eso debería observarse un plan desde la Institución para impulsar este tipo
de iniciativas y distribuir equitativamente su rédito, tanto económico como
académico.
La
Universidad cuenta con programas, en vigencia desde hace varios años, como UNL
Accesible y UNL Saludable, de los que poco se conoce en esta Facultad. Una
situación anecdótica describe acabadamente el estado en que se encuentra
nuestra unidad académica al respecto: hemos sido testigos indiferentes de los
simulacros de evacuación implementados en la Ciudad Universitaria, para los
cuales no nos hemos preparado ni hemos participado. Nuestra Facultad tiene
espacios dedicados a laboratorios, con instalaciones eléctricas de alta
complejidad, o en los que se manipulan sustancias y equipos que implican
riesgos particulares para los trabajadores. También se realizan prácticas en
campo que suponen utilización de equipamiento específico en condiciones de
riesgo. Unos y otros usos requerirían de una adecuada previsión de riesgos que
corren personas y equipos, capacitación e instrucción de esas personas para
afrontar esos riesgos, una práctica regular de contratación de seguros, y la
previsión de amortización de equipos para su eventual recuperación cuando
agotan su vida útil.
Nuestra
institución realiza actividades
internacionales sin que medie una adecuada comunicación a la comunidad
educativa sobre ellas, previa y posterior a su ejecución, implicando: tipo de
actividad, representantes de la FICH, criterios para seleccionarlos, informe
del plan de trabajos a efectuar -o justificación al menos-, implicancias para
la vida institucional. Esa comunicación debería plasmarse a través de los
legítimos representantes de la comunidad, los integrantes del Consejo
Directivo, o mediante reuniones específicas ampliadas. Se debe dar el debate a
nivel de comunidad académica de la pertinencia de estos emprendimientos y
resultados esperados, teniendo en cuenta que los recursos que se destinen a
ellos serán recursos que se retiren de otras actividades. Se debe tener en cuenta
que, si bien la Facultad ha implementado numerosas vías de comunicación, ello
no asegura que la misma sea buena y efectiva, especialmente en temas de esta
trascendencia.
En
resumen, en algunos puntos el nuevo equipo que tiene a su cargo la conducción
de la FICH en este período está trabajando correctamente, pero existen otros
puntos que según nuestro entender son más centrales y de mayor importancia y
que hasta ahora no han sido analizados con suficiente profundidad. Somos
perfectamente conscientes, sin embargo, que el tiempo transcurrido desde el
inicio de este nuevo período, es relativamente reducido para producir cambios
sustanciales en el sentido de lo que reclamamos, y/o corregir las numerosas
deficiencias señaladas. No obstante consideramos necesario recordarlas
explícitamente en este balance, con la esperanza que se desencadene de una
buena vez el debate democrático y el intercambio de ideas, con una
participación amplia y comprometida, respetando las diferencias. Se trata,
entre otras cuestiones, de recuperar los niveles de excelencia de la FICH,
consolidando definitivamente sus bases, los tiempos urgen.
Finalmente
creemos necesario destacar que las actividades realizadas por el GRD, al
compararlas con las de 2013, fueron menores. No obstante consideramos que las
tareas efectuadas se vinculan con temas muy importantes en nuestra Facultad.
Desde
ya, la fuerza de trabajo del GRD, está directamente relacionada al tiempo que
disponen los docentes que integran este grupo. Estos docentes no poseen una
función específica para atender esta cuestión, sino que deben continuar
cumpliendo con sus obligaciones normales (docencia, investigación, extensión,
etc.) como la mayoría de ustedes.
A
pesar de esta situación, es intención de este Grupo seguir contribuyendo para
una construcción colectiva, destacando aciertos y errores, proponiendo,
reclamando y exigiendo soluciones, convocando al diálogo y difundiendo los
diferentes temas relacionados con nuestras actividades y responsabilidades como
docentes universitarios en una institución como la FICH.
Esperamos
que todos ustedes pasen unas buenas fiestas y tengan excelentes vacaciones.
GRD.
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