1. Nos declaramos independientes de toda organización, partido o movimiento político con actuación nacional, provincial o municipal.
2. Lo anterior no significa que abjuremos de la política, entendida ésta como el medio más adecuado para el cambio, ya sea a través del reclamo y el debate o, concretamente, llevando a cabo las acciones necesarias para acceder a los máximos órganos de gobierno. Ambas cuestiones entendidas dentro de los cánones que fundamentan toda organización democrática.
3. Concebimos a la Universidad dentro del concepto general que la define como depositaria (educación) del saber universal, generadora de nuevos saberes (desarrollo de ciencia y tecnología) y tutora irrenunciable de los valores culturales de la sociedad que le da razón de ser como institución pública. Pero entendemos que la definición debe complementarse con: “dentro de un país como Argentina”. Es decir, una Nación con identidad de tal, en pleno desarrollo y en defensa de sus capacidades y recursos naturales, en lucha para conseguir su independencia económica y con el objetivo irrenunciable de alcanzar una sociedad más justa, más educada y más próspera. El presupuesto para ello es una equitativa distribución de la riqueza, entendida ésta como la suma de todos los bienes tangibles e intangibles que el país genera.
4. Una universidad semejante no se subordina al mercado mundial, a la división internacional del trabajo, ni a estándares derivados de ellos con que se pretende encorsetar a la educación superior a nivel global. Entendemos que estos modelos educativos y de desarrollo atienden intereses asociados a los países centrales o a corporaciones económicas supranacionales. La universidad que pretendemos debe incorporar la discusión de estos temas para, en última instancia, adoptar sólo los criterios que se ajusten a las necesidades que plantea una Nación dentro del paradigma citado en el punto anterior.
5. En una universidad como la descripta y, específicamente, en carreras como las que ofrece la FICH, estamos convencidos que la enseñanza debería llevarse a cabo dentro de un marco conceptual que favorezca en el docente el planteo entre sus alumnos, los futuros profesionales, las facetas de la realidad que les toca vivir promoviendo la discusión y el debate entre ellos. Se propone, en la acción docente cotidiana, concebir al estudiante como un sujeto activo, futuro promotor, en la medida de su esclarecimiento, de los cambios que necesitará el entorno en el que se desenvolverá. No se trata sólo de enseñarle a “pararse” frente a un problema de la práctica ingenieril, se trata también de convencerlo que con una actitud adecuada, él también puede contribuir al ideal de una Nación con poder de decisión propio, en progreso sostenido, única garantía de que existan los problemas ingenieriles ante los cuales “pararse”. Creemos que la mente de un profesional de estas características no se forma bajo sistemas estandarizados de aprendizaje y control, sino a través del desarrollo de la capacidad de imaginación y pensamiento y de una sólida formación del conocimiento básico de la ciencia y la tecnología que le permita encarar y resolver problemas de diversa índole, sujeto a una ética del ejercicio profesional. Ética cuyos principios deben ensayarse desde el primer día de registrado el ingreso en condición de estudiante al seno de la comunidad universitaria.
6. La actividad científico tecnológica deberá estar ajustada al medio productivo, no como parte integrante del mismo, sino como aportante de los saberes y desarrollos tecnológicos necesarios para su desenvolvimiento. Generar igualdad de oportunidades significa que la universidad genere saberes para todos y no para algunos. Debemos tener presente que somos una universidad estatal NO privada y quienes nos mantienen son todos, no algunos.
Objetivos:
Ser un medio donde se permita debatir, consensuar y elevar propuestas, en el sentido de rescatar y profundizar, en los tiempos que corren actualmente, los postulados democráticos de la Reforma Universitaria de 1918, hoy tergiversados y/o degradados. En síntesis, lo que se enumera a continuación:
1. Constituir una Facultad en la cual todas sus autoridades se elijan por votación directa, secreta, por listas y con representación de las minorías, en un mismo acto eleccionario.
2. Que los docentes que ocupan funciones de gobierno o de gestión retornen a su actividad académica al cesar en las mismas, en vez de reciclarse indefinidamente en otras.
3. Que los salarios de las autoridades no sean superiores en un 20% a los de los docentes con la misma jerarquía.
4. Que los consejeros docentes rindan cuentas periódicamente a su claustro de las decisiones que toman y consulten en aquellas cuya trascendencia las aparten de lo meramente administrativo.
5. Que se revalorice, tanto en los concursos como en los actos de la vida cotidiana de la Institución, la función de Enseñanza, en un pié de igualdad con las de Investigación, Extensión y Transferencia.
6. Que se garantice la discusión y difusión de ideas, en el marco del respeto mutuo entre docentes y autoridades, sin represalias ni amenazas encubiertas de ningún tipo.
7. Que los docentes que desarrollen su actividad en la Universidad, cualquiera sea su categoría, lo hagan en condición de ordinarios es decir accedan a sus cargos a través de concurso público de antecedentes y oposición y sean así ciudadanos universitarios con los derechos de poder ser electores y/o elegidos. No puede haber interinatos ni contratos que sean “in eternum”.
8. Las designaciones actuales con larga data en este sentido, deben regularizarse a la brevedad y en concursos cerrados, para que los docentes en esas condiciones obtengan ciudadanía universitaria y derecho a carrera docente.
9. Que se asignen y cumplan las funciones docentes cabalmente ajustados a las designaciones y no solo para prácticas de consultoría, administrativas o de otra índole, desligadas de las funciones universitarias reconocidas estatutariamente.
10. Que las funciones de gobierno se realicen organizadamente, con el conocimiento y/o consenso de jefes de cátedra y/o departamento, según el caso.
11. Que las autoridades sean respetuosas del disenso, tanto con docentes como con estudiantes, graduados y no docentes que piensan en forma diferente y expresan respetuosamente sus ideas.