“El disenso es garantía de una democracia moderna y pluralista,
que implica el respeto a una cultura política heterogénea y la posibilidad de
disentir con los que ejercen el poder sin quedar por eso fuera del sistema
sino, por el contrario, siendo reconocido como parte necesaria del mismo”
“A la Patria
la hacemos entre todos” y a la
Patria chica, al pago donde vivimos, trabajamos y criamos a
nuestros hijos, también deberíamos “hacerla entre todos”.
“Juntos y en consenso”. No es como se logra el desarrollo de una
comunidad si la que impera es una postura absolutista, a veces hasta
despectiva, de creer que uno fue ungido por un designio casi divino que lo
autoriza a dirigir la vida de las personas y las sociedades.
Si no abrimos el juego a la participación, al diálogo y a escuchar
y respetar al que piensa diferente, crasa herida le estamos haciendo a la
cultura democrática que, instalada en el país, hace casi 30 años, todavía
anhela su genuino y maduro ejercicio.
Es cierto, el consenso es un valor trascendental, es la base sobre
la que se rigen o establecen acuerdos referidos a reglas elementales para
lograr el bienestar general y apaciguar el conflicto. Pero que no lo haya en
determinadas posturas, y es lógico que así suceda porque felizmente somos una
sociedad ideológicamente heterogénea, no significa que no existan posibilidades
para el ejercicio de la democracia porque ésta también se nutre del disenso.
Entendemos que el principal peligro no es la falta de consenso sino querer
anular el disenso, es decir intentar instalar un discurso único.
El disenso es garantía de una democracia moderna y pluralista, que
implica el respeto a una cultura política heterogénea y la posibilidad de
disentir con los que ejercen el poder sin quedar por eso fuera del sistema
sino, por el contrario, siendo reconocido como parte necesaria del mismo.
A veces, cuando desde algunos sectores oficialistas se escucha el
“vamos por todo” y no se intenta registrar al diferente, al que opina distinto,
al que tiene otra mirada sobre el pasado y el presente respecto al “relato
oficial”, la sensación es que no hay lugar para el disenso porque los que no
comulgan con ese “todo” se convierten en enemigos y son sujetos del desprecio y
la desconsideración.
(Discurso de la
Directora de la Escuela
No. 52 de Necochea en el Acto Oficial del 25 de Mayo de 2013)
Como siempre en la Escuela está la base, el
origen, la fuente en donde podemos abrevar en horas de confusión y desvarío,
cuando se pierde el rumbo, cuando se reiteran equivocaciones, cuando los
conceptos básicos se desechan en mérito a una supuesta experiencia de los años.
Siempre algo vamos a encontrar en la
Escuela que nos ayude a distinguir de nuevo la luz y retornar
al camino honrado. Siempre. Un dibujo, una oración en un cuaderno gastado, el
recuerdo de las palabras de una maestra… El discurso de la Directora de la Escuela de Necochea es una
prueba de esto. Diáfana, transparente, contundente, sublime.
Lo incluimos para que las
autoridades de la FICH
lo lean y “reflexionen” sobre su nueva equivocación al comunicar el resultado
de las recientes elecciones de consejeros representantes de Profesores
Titulares, Asociados y Adjuntos. Nada han mencionado sobre la existencia “real”
de dos candidatos y listas de consejeros a la hora de elegir (a pesar de la
votación nominal reglamentada en el estatuto de la UNL ), del rico debate que “de
hecho” se generó en las semanas previas al acto eleccionario (en donde el GRD
tuvo participación destacada) y, en especial, de la existencia de un 40% en el
claustro de Profesores que no adhirieron a la lista oficialista.
Este porcentaje de disenso,
explicitado en el voto, no tiene precedentes en la historia de la
FICH. Cómo se interpreta su ocultamiento
por parte de la Gestión
actual? Es un intento de “anular el disenso”, de “instalar un discurso único”,
al decir de la Directora
de la Escuela No.
52? Es un signo de la “continuidad”, mencionada en la propuesta del candidato
oficialista?
Los consejeros electos, en su
totalidad (seis por Profesores Titulares y tres por Adjuntos), son los
propuestos por el oficialismo de acuerdo a lo reglamentado en el sistema
eleccionario vigente en la Universidad
Nacional del Litoral. Es decir, el 40% de profesores que
referíamos más arriba, no estará representado en el Consejo Directivo.
Un anacronismo a esta altura de
la historia. Una incongruencia que nos obliga a sugerir a las autoridades
universitarias y de la FICH ,
pese a sus discursos sobre democracia moderna y representativa, a que vuelvan a
las fuentes primarias, a la escuela. Allí, en el discurso de una maestra,
encontrarán la guía necesaria y certera para reencauzar las cosas. Si en
realidad quieren hacerlo.
Para atenuar los efectos de semejante dislate en los
procedimientos democráticos, solo queda apelar a la responsabilidad, buen
juicio y coraje de los que serán parte clave de las nuevas autoridades, los
consejeros electos.
Grupo de Reflexión Docente - FICH
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