Varios integrantes del GRD han recibido la
pregunta: ¿quiénes son el GRD???
No es una cuestión menor preguntar por la
identidad de las personas o, como en este caso, de los grupos.
Esa pregunta inicial conlleva a otra pregunta: ¿por qué el uso de seudónimos?
Pueden aparecer muchos otros interrogantes más,
encadenados, pero enfoquémonos en éste.
Un alto porcentaje de los docentes que
integramos el GRD o que compartimos sus propuestas e ideas, se encuentra en la
actualidad integrando la planta docente de la FICH en una relación laboral
precarizada; sea esto por estar designados en cargos
interinos, o por estar contratados, en la primera figura docente que ocupan o
subrogando funciones de -y asumiendo responsabilidades inherentes a- un cargo
de mayor jerarquía por contrato (cuando serían ordinarios, por ejemplo, en un
cargo de auxiliares).
Esta situación ha sido objeto de
aprovechamiento por parte de la Gestión para llevar adelante políticas
arbitrarias para las convocatorias a concursos o asignación de recursos. Ejemplos:
- ante la jubilación de un docente del
estamento de adjuntos, se ha llamado a concurso en otro cargo de adjunto de
otra área disciplinar a personal de poca antigüedad, mientras docentes con
mayor antigüedad mantienen su condición de contratados o interinos;
- afectación inconsulta y arbitraria de algunos
docentes a tareas específicas que no son afines a
aquellas para las que están preparados y para las que fueron designados
oportunamente por concurso interino (figura hoy desaparecida).
Estos ejemplos, analizados oportunamente en documentos
y/o reuniones del GRD, motivan que estos compañeros docentes precarizados, en
general hayan adquirido una actitud de preservación a la hora de emitir sus
opiniones donde sea que fuere.
De este modo las personas pierden identidad,
dejan de pronunciarse, los disensos (aparentemente) desaparecen, todos
semejamos estar conformes y la situación se perpetúa. Ello es así, a pesar que
nuestro orgullo legítimo en tanto personas pensantes se encuentra
irremediablemente lastimado: no se puede opinar libremente, en aras de la
autopreservación (ver "Me tengo miedo", por Piolín de Chorizo, en
este mismo blog).
Cuando el reclamo
de cambio en las instituciones culturales y científicas suele requerir la expresión
grupal y no lo individual, aunque a veces lo es, surgen los seudónimos
que no es lo mismo que el anónimo. Seudónimos que plantean una autoría
de todo un grupo que trabaja con ese nombre porque lo dicho es compartido por
el grupo y los riesgos que el reclamo y la acción conllevan, también son
asumidos en grupo.
Así como en 1935 lo fue Nicolás
Bourbaki, nombre que se dio un grupo de
matemáticos europeos que encaraba y reclamaba cambios en la matemática, Piolín de
Chorizo es un nombre que une lo que los hombres (varones y mujeres), y no Dios,
han unido. Esto es: cuando lo colectivo toma nombre propio,
indica un sentir compartido, y porque cuando se presume que hay riesgos que correr,
se corren entre todos y no por cada uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje su mensaje, y debajo, su nombre y email.