“Nuestros” gatitos dorados

En agosto del 2013, Piolín de Chorizo escribió un texto (creí que se trataba de gatitos) que se divulgó en este mismo blog, en donde hacia un análisis de la transformación que ha sufrido nuestro Consejo Directivo debido a la ingeniería electoral.
En este caso seguiremos haciendo un análisis de esta situación.


Por Mario Gardiol

Como ustedes sabrán, nuestro Consejo Directivo está integrado por 22 personas. Donde 8 son consejeros docentes, 2 son consejeros auxiliares, 1 es consejero no docente, 4 son consejeros graduados, 6 son consejeros estudiantiles y siendo las actividades del mismo presididas por el Decano.

Estos consejeros “nos representan”, según el claustro correspondiente, para la definición de las acciones presentes y futuras de nuestra facultad.

Pero la pregunta que me surge, y que quiero compartir y analizar con ustedes, es si ¿realmente nos representan?.

Lo teórico seria que ellos presenten propuestas que beneficien a sus representantes y al resto de los integrantes de la comunidad académica, que debatan las ideas que surgen en el Consejo Directivo y defiendan los derechos correspondientes a cada claustro. Para finalmente tomar determinaciones que beneficien a toda la comunidad académica.

Pero si nos preguntamos ¿de qué forma adquieren los conocimientos de los docentes para luego presentarlos en el Consejo Directivo?

De mis 28 años de antigüedad en la carrera docente, en los 18 años que fui docente auxiliar fui contactado en 2 oportunidades por futuros integrantes del Consejo, al fin de comunicarme que se iban a presentar a las elecciones de aquel momento.

En los últimos 10 años, como docente adjunto, se contactó uno de mis representantes 1 vez para saber mi opinión.

Este ejemplo permite destacar que no existe comunicación entre los integrantes del Consejo y sus representados. O bien se certifica el escrito de los X-men de la FICH (que escribí en agosto del 2013) ya que por lo visto, nuestros consejeros tienen poderes telepáticos o psíquicos como Sway, donde leen las mentes de los docentes de su propio claustro.

Otra pregunta sería si ¿representan a todos los docentes correspondiente al claustro?.

En este punto, puedo presentar un caso que ocurrió en el departamento de cartografía y agrimensura.

El 26 de septiembre del 2011 es presentado el expediente Nº 56754, firmado por la secretaria académica y el director del departamento del momento, en el cual se solicita el cierre de matrícula de la carrera de Licenciatura en Cartografía.

Posteriormente el Consejo Directivo propone al Consejo Superior el cierre definitivo de la matricula a través de la resolución 304/11 de fecha 17 de octubre del 2011.

En ese momento en el Consejo Directivo había 3 integrantes del Consejo que desarrollaban sus tareas en el departamento. Y donde uno de ellos, manifestó que voto a favor del cierre de la matricula de la carrera.

No obstante, si analizamos esta situación, los 3 consejeros no consultaron a los docentes del departamento sus opiniones, ni el mismo director de departamento lo hizo. Ni tampoco, el resto de los integrantes del Consejo preguntaron.

Como consecuencia el representante que dijo que voto a favor del cierre, fue un voto “personal” y no un voto que “representaba al grupo de docentes del departamento”.

Y el resto de los integrantes del Consejo “aceptaron” que lo que se justificaba en el expediente era suficiente para el cierre de la matricula de la carrera. Y también sin hacer una consulta a “sus representantes”.

Por otro lado otra pregunta es ¿qué ideas o propuestas presentan?.

A nivel personal, y en todos estos años, mis representantes nunca me enviaron un e-mail o escrito donde me planteaban una posible propuesta y una consulta sobre la misma. O me consultaron, sobre si yo consideraba relevante un tema para ser tratado en el Consejo. Y menos que se hayan ofrecido a presentar algún tema que considere personalmente importante en el propio Consejo.

Ni tampoco, me han mandado un e-mail informativo sobre los temas primordiales relacionados al claustro que ingresan y se tratan en el Consejo Directivo.

Con esto no quiero decir que todo tema que pasa por el Consejo deba ser analizado con todos los docentes de cada claustro. Pero si debería existir una comunicación entre los consejeros y los docentes, y fundamentalmente cuando hay temas primordiales.

Un ejemplo de esto es el régimen de enseñanza. En diciembre del 2012 el Consejo Directivo aprueba dicho régimen y se implementa al año siguiente, pero luego en julio del 2013 el mismo Consejo propone generar una comisión de revisión que evalúe el mismo, ya que surgieron distintos inconvenientes en su implementación y ejecución.

Si recordamos, la primera propuesta (diciembre de 2012) había sido una propuesta generada principalmente por la gestión. Pero luego los docentes y alumnos empezaron a manifestar los diferentes problemas, hasta que el Consejo Directivo genera la comisión de revisión y posteriormente se solicita a los docentes y alumnos que viertan sus opiniones.

No obstante han pasado ya 3 años y todavía no se sabe cuál es el escrito del régimen de enseñanza y no se ha dado a conocer para su análisis por los docentes y alumnos.

En resumen, se podría decir que los consejeros responden a cuestiones políticas (donde actúan, como decía Piolín de Chorizo, como gatitos chinos dorados a pila que levantan interminablemente la mano), o a cuestiones personales o de sus propias quintas, o también para las cuestiones del resto de los docentes.

Es necesario que exista una mayor comunicación e intercambio entre los consejeros y “sus representados” para que de esa forma se tomen determinaciones que realmente representen a todos los integrantes de la comunidad educativa y no a tan solo a un pequeño grupo de la misma. 

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